En la actualidad, estamos conectados a la tecnología las 24h. Hasta cuando dormimos tenemos dispositivos encendidos, como es el caso del móvil. Antes nos despertábamos con el típico despertador, ahora usamos el móvil, esto provoca que estemos conectados las 24 h. El mundo evoluciona y la tecnología lo acompaña a todos los lados y en ciertas situaciones deberíamos aprender a desconectar de la tecnología.
¿Es lo mismo descansar y desconectar de la tecnología?
No, no es lo mismo. Descansar podemos descansar sin desconectar de la tecnología. Podemos estar tumbados en el sofá y estar en el chat del móvil. En este caso, estaríamos descansando físicamente, pero mentalmente no descansamos.
Un buen ejemplo también sería la gente que trabaja a distancia y conectada a la tecnología. Se van de vacaciones y a lo mejor queda algo pendiente y le envían alguna circular y en ese instante en el que recibes la circular, vuelves a conectar, y entonces seguimos sin desconectar de la tecnología.
La LOPDGDD recuerda el derecho a la desconexión de la tecnología digital. Este legítimo valora el derecho a la intimidad y al descanso tanto de trabajadores como de puestos directivos. Lo que se quiere conseguir con este derecho es evitar el cansancio tecnológico y digital para poder desconectar de la tecnología y descansar durante el periodo vacacional.
¿Cómo dejarlo todo atado en tu puesto de trabajo?
El plan perfecto sería tener una persona la cual puedas delegar en situaciones en las que no te encuentres en tu puesto de trabajo, o porque no hayas podido acudir a la empresa por enfermedad o por vacaciones.
Días antes de irte de vacaciones informa a la persona con la que vayas a delegar en vacaciones en que situación dejas los proyectos e infórmala de temas pendientes o posibles percances que puedan ocurrir para que sepa como solventarlos de la forma más eficaz y sencilla posible. De este modo, la empresa podrá seguir funcionando sin ningún problema y con la fluidez que requiere, además las personas que estén de vacaciones podrán disfrutar su periodo vacacional sin ningún traspié.