Casi siempre y la mayoría de nosotros hemos dicho: toda la vida se ha hecho así y ha ido todo bien. Ha ido todo bien hasta que ocurre el cambio, hasta que nos vemos obligados a dar un salto y avanzar para crear una mejora.

Nos conformamos con lo que tenemos y nos da miedo a avanzar y descubrir nuevos caminos. No nos damos cuenta que si tenemos el propósito de querer crecer y la fuerza necesaria para hacerlo podemos convertirnos en algo mejor. Lo de toda la vida se ha hecho así no es cierto. Toda la vida se ha evolucionado, a lo largo de los años hemos dado pequeños saltos que nos han acompañado en nuestro día a día. Y cada salto es una novedad y cada novedad una mejora en nuestra vida diaria. Conociendo las herramientas que tenemos podemos hacer que nuestras vidas mejoren.

Un ejemplo muy claro son los parques infantiles, antes los columpios eran de hierro y la base de hormigón o arena. Conociendo las herramientas y materiales que teníamos creamos parques mucho más seguros y bonitos. Esto no quiere decir que lo de antes estaba mal, lo de antes estaba muy bien porque en ese momento disponíamos de esos materiales y esas herramientas, lo que tenemos que pensar es que todo evoluciona y todo crece y todo cambio lleva una mejora.

Cada Mejora se Aplica a la Vida Diaria

Y “cada salto es una mejora” se puede aplicar en nuestra vida diaria en distintas situaciones. Cuando pensamos que tenemos la razón y ni si quiera nos hemos parado a contrastar varias opiniones o cuando nos enfadamos con nuestros hijos pensando que saben poco de la vida o cuando nos ofrecen un nuevo producto y somos reacios a probar algo que ni siquiera sabemos cómo funciona y nos defendemos diciendo que como estamos bien y toda la vida lo hemos hecho así no queremos probar nada nuevo. Y es al contrario, nos equivocamos cuando pensamos de ésta forma tan cerrada. Cada duda que tengamos la tenemos que contrastar, estudiar y aprender para convertirla en una mejora.